domingo, febrero 07, 2010

Las palabras “bonitas” no son el objetivo... y menos su significado


Esta limitada visión de las palabras y su propósito tienen un extraño efecto secundario. La mayoría de las estrellas del Scrabble en inglés no son lectores de George Elliot. De hecho, no son voraces lectores de ningún tipo. Son computistas, matemáticos y científicos que juegan Scrabble –esencialmente- como una prueba de programación.

Algunos ni siquiera tienen el inglés como lengua materna. Tal es el caso de Mihai Panthis, de Transilvania (Rumania), quien juega Scrabble de alto nivel en inglés y rumano (donde no hay "Q" ni "J"), y es un jugador brillante... pero su inglés hablado no es fluido ni entendible.

Hay jugadores provenientes de otros lugares inesperados: Ebi Sosseh ganó en Gambia, donde el Scrabble puede ser ruidoso y comunal, y si no tienes cuidado, se pueden involucrar señales de espectadores que revelan lo que tienes en el atril.

Ola Ajayi, quien practica la flebotomía (buena palabra para un triple tanto, por cierto), es de Nigeria, donde los mejores jugadores van a campos de entrenamiento antes de los máximos torneos.

No todos son hombres: Helen Gipson, de Escocia, ganó el año pasado. Y no todos responden a un estereotipo: Paul Allan es un ex decatleta de alto nivel.

Nigel Richards no gana todo el tiempo –pero, si lo hace más que Tiger Woods-. La naturaleza aleatoria de la selección de las letras lo hace inevitable. Sus oponentes dicen que tiene una memoria eidética o fotográfica. "Intimida a las personas", dice Harshan Lamabadusuriya, un pediatra de Slough, Inglaterra, y agrega que le encanta jugar con Nigels, pues "es todo un reto. Otros se deben haber aprendido todas las palabras de ocho letras, pero él ya se sabe las de 15 letras".

FUENTE: THE DAILY MAIL

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