miércoles, febrero 17, 2010
Experto scrabblista elevado al Salón de la Fama
El experto scrabblista Matt DeWaelsche jugó sus primeras letras hace 45 años y aún sigue buscando palabras que no conoce.
Un niño solitario, jugó cientos de partidas con su madre, Cathy Faught, una profesora y bibliotecaria escolar, en la mesa de la cocina en las afueras de San Luis.
Desde el primer grado, acumuló miles de puntos con nuevas y retadoras palabras. También sorprendió a su mamá cuando –misteriosamente- escogía los comodines entre el resto de las fichas boca abajo dentro de la caja. El podía decir cuales eran los comodines, porque cada uno tenía cierto patrón.
El momento clave llegó después de que logró una partida de 300 puntos y su madre casi tira el tablero.
Se convirtió un jugador formal en 1985 y ha jugado de forma competitiva desde entonces.
Entonces, cuando juega Scrabble, no es como un jugador promedio. Está en un nivel en el que los relojes de ajedrez se golpean durante la partida. Cuando escanea el tablero, ve cada palabra como un anagrama, y las raíces de palabras que ha memorizado se iluminan como letreros luminosos.
"Nosotros somos como una fraternidad clandestina", dice Matt DeWaelsche, archivista de la Sala de Genealogía de la biblioteca pública de San Antonio (Texas). "Cuando hablamos de cosas, otras personas no entienden lo que decimos".
DeWaelsche, de 49 años de edad, está entre aquellos que hablan su idioma como uno de los 25 jugadores que han sido elevados al Salón de la Fama del Scrabble de Texas.
Según el presidente de la Asociación Norteamericana de Jugadores de Scrabble, Chris Cree, se requiere de mucha dedicación al juego para llegar al Salón de la Fama. Se necesita estudiar muchas palabras y "mantenerse al día con el conocimiento de palabras que todos están logrando".
"Una cosa es mejorar y otra es mejorar al mismo ritmo o más rápido que quienes te rodean", asegura Cree.
DeWaelsche ha dirigido su club de Scrabble local durante los últimos 20 años y ha ganado un par de torneos regulares en Texas y Luisiana, y fue finalista en una cantidad de torneos regionales a mediados de los ochenta.
Siendo fanático del Scrabble, le escribió a Ann Landers en 1986 con relación a una carta que ella recibió de una pareja que discutía acerca de cuáles palabras eran válidas durante las partidas. Él le escribió acerca del Diccionario Oficial de Jugadores de Scrabble usado por los clubes locales y la Asociación Nacional de Scrabble. Él cuenta que ella publicó su carta con la dirección de la Asociación Nacional de Scrabble. Ese verano, cuando se inscribió en el Campeonato Nacional, en Reno, el director ejecutivo le dijo: "tú eres el responsable". El cartero había dejado bolsas de correo en su escritorio con más de 5.000 solicitudes de información.
"Me gusta pensar que quizá ayudé a descubrir algunos jugadores de talla de campeón", dice DeWaelsche.
En las partidas, algunos son muy nerviosos, otros son detestables y otros son inquietos. Él dice que trata de ser un buen deportista, gane o pierda.
Una palabra de tres letras resume su amor por el juego: "fun" (que se traduce como diversión), y que le da seis puntos en el tablero.
"Es genial ser reconocido por mis pares", afirma DeWaelsche. "Estoy orgulloso y lo recibo con humildad"
FUENTE: MYSANEWS
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