Por Dom Joly
Todos los años pasamos parte de nuestras vacaciones de verano con unos amigos en su casa de Bruce Beach, en la costa del Lago Hurón, en Canadá. El entretenimiento se esparce por el lugar, donde nos sumergimos en una maratón de Scrabble, que a lo largo de los años se ha convertido en una tradición, con una colorida gorra de tartán como premio para el ganador. Sin embargo, para nosotros (los ingleses) hay un enorme problema al jugar Scrabble con los norteamericanos: ellos no hablan inglés. En las sabias palabras de Oscar Wilde, "somos dos naciones divididas por un idioma común".
Hay dos diccionarios de Scrabble, uno para los norteamericanos y otro para los británicos. Si vas al sitio oficial del diccionario, te piden que elijas uno antes de acceder al verificador de palabras, aunque eso no había sido un problema hasta esa noche, cuando usé la palabra "QI", que era una de mis mejores palabras de dos letras, que significa "Fuerza Vital". Para ser más específicos, usé el plural "QIS".
"¡Consulta!", dijo mi anfitrión, quien aseguró que conocía todas las palabras de dos letras. Yo esperé con algo de presunción y confianza, sabiendo que era válida.
Él hojeó rápidamente el folleto que viene con el juego, que contenía el listado de palabra de dos letras y "QI" no estaba allí. Exigí que viéramos un diccionario, lo cual se hizo y –una vez más- no estaba allí. Ya desesperado, me fui a internet para chequear el sitio del Scrabble en su versión norteamericana y "QI" tampoco estaba allí. Sin embargo, estaba en la versión europea, incluso su plural. Le exigí que retirara su consulta, pero se rehusó y me recordó que estábamos en Canadá, y se aplican las reglas locales. Nuestras posiciones eran firmes y el juego se estancó... estábamos enfrentados, se acabó el Scrabble.
De pronto, un avance diplomático. Mi esposa sugirió que usara mis cuentas de facebook y twitter para algo útil por vez primera. ¿Por qué no ponía el problema en línea y conseguía una respuesta independiente? Así que me conecté y planteé nuestra situación. Se convirtió en un diluvio, nunca había tenido tal cantidad de respuestas. La mayoría de dos líneas.
En una de las respuestas se expresaba una profunda preocupación porque en Canadá, un país que aún tiene a nuestra amada reina como su representante, decidiera no hablar su inglés. El remitente estaba sorprendido porque se compartiera un diccionario de Scrabble con Estados Unidos, un país que –en su opinión- apenas puede leer y deben dejarlo jugando Scrabble solo. Me vi forzado a recordarle que el juego fue inventado en Estados Unidos.
Al final, después de varias horas de negociación, acordamos aceptar las palabras que eran válidas a ambos lados del charco y fue permitido "QIS". No sólo eso, esa palabra terminó dando el margen del triunfo, y yo estoy a un paso de usar la gorra de tartán.
FUENTE: The Independent
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