miércoles, agosto 26, 2009

Scrabble: creador de palabras, afilador de mentes y hacedor de amistades


Sue DiCara no tiene problemas en admitir que es adicta “en un buen sentido”. DiCara es adicta, pero no a ningún tipo de droga que entumece la mente, sino al Scrabble, el popular juego de mesa que ha retado a generaciones con similares adicciones a pensar... en las palabras.

“Primero jugaba con mi abuela, en 1948, el año en que el juego pasó a ser marca registrada”, dijo DiCara, quien juega desde entonces.

DiCara y su esposo John, jubilado de la CIA, son miembros del Club de Scrabble de El Paso, un pequeño e informal grupo jugadores aferrados quienes se reúnen todos los viernes para comer y jugar Scrabble durante unas cuatro horas.

El Club de Scrabble de El Paso le abre la puerta a todos, y no cobra por suscripción. La Asociación Nacional de Scrabble representa un estimado de 10.000 jugadores entusiastas en Estados Unidos y Canadá, y avala más de 175 torneos locales por toda Norteamérica.

Para Dicara y su esposo, el Scrabble es un hábito diario. “A veces preferimos jugar Scrabble en lugar de salir”, dijo ella. “Escuchamos buena música y jugamos Scrabble. Hemos conocido buenas muy personas jugando Scrabble”.

John DiCara y su esposa están juntos desde hace más de 20 años y asisten al grupo de Scrabble desde hace cinco años, y el Club que comenzó en El Paso con unos cuantos jugadores se ha expandido a más de una docena de miembros.

“Obviamente, se trata de personas que disfrutan del idioma y disfrutan del Scrabble”, dice John. “esto mantiene la mente abierta, esa es la idea. Además, es divertido”, agrega.

Armando Piña, ex funcionario, se sentó un día a jugar Scrabble con la gente del club de El Paso, “y quedé enganchado desde entonces”, asegura. “Soy una persona de las palabras. Amo el reto de hacer palabras. Es muy adictivo. Lo juego en línea todos los días”. Piña le saca provecho a las palabras en español que traduce al inglés. “He aprendido mucho con este grupo”, dice.

Texas Logan, una mujer belga, y su esposo B.J. Logan, se unieron al club de Scrabble hace tres años. Ella señala que la diversidad de miembros del club le otorga un aire internacional.

“Tengo 30 años en Estados Unidos, pero ahora es que estoy aprendiendo inglés de verdad”, dijo Logan, quien aprende de tres a cinco palabras todas las semanas, aunque muchas palabras validas en las competencias de Scrabble no son exactamente aquellas de uso diario.

Loree Furman es otra miembro del club, ha competido en tres o cuatro torneos de scrabble y asegura que “es maravilloso para la mente, especialmente cuando se envejece”.

El doctor John Reynolds, dentista de El Paso, cierra el consultorio los viernes al mediodía para jugar Scrabble. Él y su esposa Cathy, quien es periodista, tienen 33 años jugando Scrabble. “Es relajante, y mantienes la mente afilada”, afirma Reynolds.

“John y yo compartimos el amor por el Scrabble. No muchas parejas comparten esa pasión”, aseguró Cathy. “Se podría decir que es nuestra terapia”, afirmó.


Fuente: El Paso Times

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