sábado, febrero 13, 2010

No hay malos atriles (parte I)


por Christopher Peterson

Esta entrada es acerca del Scrabble, donde un atril son las siete letras que tienes frente a ti, que querrás jugar de la forma que produzca una mayor puntuación y/o para prevenir que tu oponente haga lo mismo y/o te preparas para futuras jugadas de altas puntuaciones.

Esta entrada también es acerca del Scrabble como una metáfora para la buena vida, por si acaso usted no es jugador dedicado de Scrabble así como yo. Pero, si usted juega Scrabble, mi consejo será de utilidad.

El Scrabble es exquisito para las personas de nivel cultural medio, y es así como yo juego. Cuando los psicólogos han estudiado la compleja resolución de problemas, con frecuencia han optado por juegos intelectuales como el ajedrez, que en mi opinión no provee –ni de cerca- una metáfora de vida. El ajedrez es totalmente determinista, mientras el Scrabble tiene el elemento del azar. Los grandes jugadores de ajedrez siempre derrotan a los de menos nivel, mientras los grandes jugadores de Scrabble a veces pierden ante sus menos talentosos oponentes. Si los jugadores menos talentosos sacan fichas poderosas (Q, X, J, K, S y comodines), pueden suceder buenas cosas si las juegan bien. Esa es la primera lección de vida en el Scrabble. La suerte puede importar... si uno toma ventaja de ello.

Visto más positivamente, cualquiera puede ganar en una partida de Scrabble contra cualquier otro, no siempre pero al menos ocasionalmente. Esa es una útil metáfora de vida, al menos para la gran mayoría de nosotros, quienes no somos los "mejores" en nada, excepto –por supuesto- en ser nosotros mismos.

Mas sistemáticamente, aquí están las lecciones de vida que he aprendido jugando Scrabble durante la década pasada.

Primero: Como el ajedrez, no necesitas apostar por el resultado de una partida de Scrabble para disfrutarlo más. Debe haber partidas de alto riesgo en el Scrabble, pero nunca he escuchado de ellas. En contraste con otros juegos populares –como el póker o la NFL- no serían tan interesantes o atractivos sin una apuesta de por medio. Esta es una lección de buena vida relativa a esas cosas que escogemos hacer. Las mejores actividades son esas que intrínsecamente son gratificantes.

Segundo: El Scrabble es más un juego visual que verbal, algo que no aprecié cuando comencé a jugarlo. Tengo un gran vocabulario, por lo que debería ser bueno en Scrabble, ¿verdad? ¡Error! Lo aprendí del modo más difícil al principio. Es el lugar en el que juegas las palabras, a lo largo de los dobles y los triples, más de lo que sea la palabra per se. Los buenos jugadores ven patrones y las posibilidades que presentan. Lo particular importa, pero principalmente en el contexto de todo el panorama. Esa es otra buena metáfora de vida. Haz lo necesario para recibir los mejores beneficios.

Tercero: El "significado" de una palabra en Scrabble no es la definición en el diccionario. Es el valor de la palabra en el tablero. Consideren la palabra (válida en ingles) "SUQ". Cada vez que la juego contra un novato, él o ella queda desconcertado y pregunta "¿Qué significa eso?", y siempre contesto: "es una palabra de tres letras que termina con Q... y una gran jugada". "Pero, ¿qué significa?", insisten. Y le repito lo que acabo de decir. Esta es una lección de vida: el valor de cualquier cosa es fortuito y contextualizado. Una jugada productiva es determinada y pragmática. ¿Qué hacemos? ¿Dónde lo hacemos? Y ¿por qué lo hacemos?

¿Sabía que algunos de los mejores jugadores de Scrabble del mundo ni siquiera hablan o leen inglés? Ellos hablan Scrabble, por así decir, es lo que usted necesita hacer cuando juega Scrabble.

Cuarto: Mueva las fichas. Si no puede hacer jugadas altas, entonces haga jugadas de pocos puntos que le permitan limpiar el atril. La mayoría de nosotros sabe que en el póker puedes escoger, y ese mismo principio aplica para el Scrabble. No se quede con las fichas esperando y rezando por la llegada de esa ficha extra que nos permitirá hacer una buena jugada. ¡Muévalas! Al hacerlo, elimina la carencia de sentido y permite nuevas posibilidades. Si esa no es una útil metáfora de vida, entonces no lo es nada más en esta entrada de blog.

De hecho, descartar –a veces- los diez puntos de la "Q" puede ser una gran jugada, y una que suele ser recomendada por expertos de Scrabble. Otra buena metáfora, pero que es difícil prestar atención. Aunque lo sé muy bien, a veces me quedo demasiado tiempo con la "Q".

Quinto: Uno de los mejores atriles es realmente mundano –SALTINE* (galleta salada)- y todas sus letras son de un punto. ¿Por qué? Porque este atril ostensiblemente común permite una cantidad de jugadas que pueden ser enganchadas con la S y producir un Scrabble (al jugar las siete letras y sumar el bono de 50 puntos), como: ELASTIN, ENTAILS, NAILSET, SALIENT, SALTINE, SLAINTE, TENAILS.

*N. del T.: Palabra valida en el Scrabble en inglés.

FUENTE: PSICHOLOGY TODAY

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